La prefabricación en hormigón como oportunidad (Parte I)

SAS Prefabricados de Hormigón – una de las empresas que hicieron la historia de los prefabricados en Cataluña

Os revelamos como nace una empresa de cinco generaciones y como ha logrado superar altibajos y tiempos de crisis

La historia de la empresa SAS empieza al final del siglo XIX, cuando Joan Sas Gregori emigró a Vilanova i la Geltrú, en la costa mediterránea entre Barcelona y Tarragona, y funda su empresa que hoy es considerada una de las historias de éxito del empresariado catalán. En aquella época, las familias tradicionales tenían un hereu – el heredero primogénito – o una pubilla – la primogénita, que a la muerte del padre se encargaba de gestionar las propiedades de familia. La única obligación que un hereu o una pubilla tenían era la de mantener los hermanos, si se quedaban en casa, o darles lo que se conocía como –la legítima – para poder empezar un negocio propio, de manera autónoma.

Este es el caso de Joan Sas Gregori que, al no ser el heredero de su familia, se fue a Vilanova i la Geltrú a aprender el oficio de paleta por mano de su tío Francesc Sas Valls, contratista de obra de éxito en el área de Vilanova i la Geltrú. Los primeros documentos que testifiquen el trabajo de Joan Sas se datan al año 1894, cuando solicitó numerosas licencias de obra de carácter bastante diferente: reformas, aperturas, pinturas, etc. En el mayo del año 1900, Joan pagó la primera contribución municipal por su empresa. Eso nos permite datar oficialmente la fundación de la empresa SAS como taller de piedra artificial.

El contexto en que empieza la aventura de la empresa SAS es un contexto muy dinámico que distinguió el fin del siglo XIX y el inicio del XX, marcado por una migración muy importante de los campos hacia la ciudad. Unos de los primeros factores de impulso de este gran cambio fue la Exposición Universal del 1888, que determinó una gran afluencia a la futura área metropolitana de Barcelona y generó una importante necesidad de vivienda, seguida por la Exposición Internacional del 1929.

El mercado de la construcción vive una buena temporada, que va creciendo hasta la Primera Guerra Mundial, cuando España se declara neutral y los productores catalanes empiezan a vender materiales a ambas partes. De este modo se aseguraron un mercado sólido y seguro, que permitió a muchas empresas de empezar sus actividades empresariales.

Las fases de evolución de la empresa SAS son principalmente tres. La primera fase que va desde la fundación del taller de piedra artificial hasta la fabricación de mosaico hidráulico, la segunda que nos lleva hasta la fabricación de ventanales – y que se considera también el momento de cambio más importante con la introducción del concepto de prefabricación, y la última con la producción masiva de elementos que se hacen muy famosos como las celosías cristalera, los cubremuros y los balaustres.

Durante la primera fase se da el primer hito de la empresa SAS. Hasta la gestión de Joan, la empresa estaba especializada en piezas a medida, como la pica de el lavadero, que representó una meta fundamental por la industria de la piedra artificial. El lavadero, de hecho, permite privatizar una tarea comunitaria que antes tenía lugar al río o, en los municipios más ricos, en lavadores públicos.

Después, su hijo Joaquim – abuelo del actual presidente de la empresa Joaquim Sas – introdujo las primeras innovaciones tecnológicas, como las prensas de agua. Su gran objetivo fue el de presentar a la Exposición Internacional del 1929 sus mosaicos con una patente que se llama «Mosaico romano», con un diseño que imitaba el mosaico romano.

El tercer cambio lo hizo Joan Sas i Contijoch durante los años 50. Después de la Segunda Guerra Mundial, el país se tenía que reconstruir completamente. Había muchos fabricantes de mosaico y la competición era muy alta. Para salir de esta situación, Joan inventó el ventanal de hormigón. Esta pieza, antes, se hacía a medida y salía del taller como un elemento único y armado. El proceso de individualizarlo hará que sea más económico y rápido al mismo tiempo. Y de aquí empieza la revolución y, con certeza, podemos decir que SAS sería el primero en hacer prefabricados ornamentales de hormigón seriados.

Desde este momento, la historia de éxito de SAS pasa por otros productos siempre basados en las técnicas de prefabricación, como las celosías cristalera, la plaqueta y el cobremuro. Estos tres elementos representan algunos de los productos más vendidos de la historia de SAS. Por un lado, el cubremuro tiene un papel importante porque estandariza un producto que hasta aquel momento se hacía a medida y da la posibilidad de elegir entre diferentes modelos y acabados, con un total de 250 tipos. Por otro lado, las celosías que se pusieron de moda en los años 70 como alternativa al ventanal, especialmente por espacios abiertos como escaleras, las áreas exteriores con lavaderos y calderas de calefacción. Estas eran utilizadas principalmente para dar luz y ventilar los espacios interiores jugando con las tramas de los elementos.

El concepto de la prefabricación fue el elemento clave de la filosofía de la empresa que le permite de seguir siendo una referencia en el ámbito europeo. Desde el inicio de su experiencia, la estrategia de éxito de SAS se basó en la constante observación de las nuevas tendencias del mercado, la respuesta rápida a las nuevas demandas, la gran dedicación y atención al cliente.

Nota – Este artículo se basa en una entrevista hecha a Joaquim Sas, el día 25 de julio de 2019